En recuerdo de Juan Serrano y su defensa del trabajo colaborativo —uno de los pilares de Amigos de Medina Azahara— hoy queremos compartir «Ensamble», una obra realizada en 2012 conjuntamente con el pintor Miguel Gómez Losada.

Una obra concebida, entre desayunos, entre la desaparecida cafetería Aqua y la cafetería de la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba, donde ambos artistas compartían conversaciones en los descansos de su trabajo en sendos murales que iban a dar vida a la nueva ampliación de la biblioteca del centro. Mientras Juan Serrano jugaba con las formas geométricas que marcan buena parte de su carrera, Gómez Losada volvía a perderse en las selvas vegetales que le acompañan desde hace años.

Uniendo los laberintos de Serrano con el mundo orgánico de Losada surgió «Ensamble», una instalación que inauguró la nueva sala expositiva de la Facultad de Filosofía y Letras: Las galerías del cardenal Salazar.

Con el tiempo, la instalación se vuelve permanente y ahora se puede contemplar en el hall de acceso a la Biblioteca de Filosofía y Letras, un espacio cercano, precisamente, a los dos murales realizados por ambos artistas en la facultad y que dieron origen al nuevo proyecto. En la instalación definitiva de Emsamble trabajaron, además de los dos artistas, Eduardo Pérez García, Juan Serrano Castejón, Bruno Serrano Freixas y Andrés Toro López (Estudio 111).

Las esculturas de Serrano juegan con el espacio, invitan a recorrerlo y marcan los límites. Están, además, construidas con materiales naturales como la madera y el papel vegetal traslúcido, huyendo lo más posible de lo artificial.

El principal problema artístico con el lidiaron fue el equilibrio de medidas. Los artistas tenían claro la necesidad de otorgar un aire vegetal a las piezas. Y Losada coincidió en que la solución pasaba por dotar a las piezas de Serrano con «unidades vegetales casi abstractas». «Unidades que iban construyendo formas, como las que generan los estorninos cuando vuelan todos a la vez y producen condensaciones negras que luego se abren en el cielo». Supone «lo que el poeta Pablo García Casado llama ‘Las afueras’, ese punto donde la ciudad y el campo se tocan. Ese es el Ensamble», sintetiza Losada.

Para Juan Serrano, la instalación supuso «la conjugación de la arquitectura y la vida, de la geometría (representada por él) y el mundo orgánico (representado por las pinturas de Gómez Losada)». «La arquitectura, que es de base muy conceptual, se integra en el paisaje, admite la posibilidad de convivir con él».

Para Losada «la pregunta era cuánto ejercicio pictórico había que hacerle para que se siguiera viendo su estructura, cuándo parar de pintar, para que la pintura y la pieza hicieran una conversación en igualdad, el Ensamble. Por supuesto nos interesaba conjugar la geometría con lo que es orgánico, que fue nuestra primera motivación, incluyendo la luz a través».